GLASGOW
Un paseo: Sin saber qué encontraría, el viajero se internó en Glasgow y allí descubrió una ciudad bulliciosa y apta para vivir. Si bien el centro se presta a una caminata interesante, en los parques de la periferia se hallan las mejores escapadas verdes y urbanas, como el Pollok Country Park , que alberga la Pollok House y la Burrell Collection . De todos modos, allá donde vayamos, siempre habrá un remanso donde tomarse un refrigerio, como alguna iglesia reconducida al camino recto, como Cottiers . Un restaurante: La oferta de sabores es amplísima y, si se sabe elegir, cada paladar encontrará su plato, local o de las partes más exóticas del mundo. Se puede comer a cualquier hora o casi, de modo que no hay excusa para regalarse un placer. El viajero se regaló muchos, todo hay que decirlo, pero se llevó un grato recuerdo de un escondido restaurante, Stereo (que tiene su alternativa en Mono ), dentro de un edificio Art Déco muy simpático. Una visita: Un viajero urbano tiene q